Cállate



Cállate y escucha lo que te digo:


Eres mia, de nadie más. Sólo eres una mujer que estás aquí para servirme y para hacerme la cena. No merecerías vivir si no fuera por que yo te soporto. 

Ni te se ocurra salir a la calle sin mi consentimiento o lo pagarás caro.

No te compres esa falda. ¿acaso tienes otro hombre en la vida, o te vistes así por que eres sólo una puta?

Hazme la cena cuando llegue a casa y no me hables, hoy estoy cansado. 

¡Joder!, la puta cena está fría. ¿Qué pasa? no tienes tiempo de limpiar la casa y hacerme la cena?

Toma, una buena hostia y así aprenderás. No llores, no grites, calla, me duele la cabeza.

Me voy a dormir cabreado, oigo a mi mujer llorando desde el sofá. Le grito que se calle de una vez, que no me deja dormir.



Me levanto al día siguiente. Són las 7 de la mañana de un Lunes, 24.  Mi mujer no está. ¿Dónde carajo se ha ido? Seguro que me está siendo infiel, por todo lo que yo he hecho por ella, y me recompensa así. Pues ya verá al llegar a casa.

Pasa la jornada de trabajo tranquila, sin que la voz de mi esposa me taladre el cerebro. 

Cojo el coche y llego a casa. Está ella en la puerta esperándome. 

Sin mediar palabra le suelto una bofetada y la escupo a la cara, la llamo puta, gorda, desagradecida y le tiro las llaves de casa en la espalda con fuerza. Voy a la cocina. No veo ningún plato con el que cenar. Totalmente histérico corro hacia ella, que está refugiada entre sus brazos. Me abro camino a puñetazos; Uno en la cara, otro en el oído y otro en las costillas. A ver si así aprende de una vez la lección. La dejo sangrando en el suelo del comedor y le grito que limpie el estropicio que ha armado. Al llegar al recibidor veo una carta, la abro pensando que será un amante que tiene y que me oculta, y leo lo siguiente:

"Desde el hospital General del Estado, felicitamos gratificantemente a usted, Lucía Montero Gracia y a su afortunado marido por el embarazo de 3 semanas y media. 

Le ruego se comunique con nosotros hoy, Lunes, 24 de Noviembre, para una revisión rutinaria.


Atentamente,

La secretaria del Hospital General del Estado."


Me horrorizo al leer eso. Voy al comedor donde está mi magullada esposa tirada en el suelo, con los ojos muy abiertos y enrojecidos, mientras sangra. Me acerco un poco más a ver que le pasa. La sangre sale principalmente de su pómulo derecho y de su entrepierna. Me pongo nervioso y no se que le pasa. Le hablo. No contesta. Está en fase de shock. Zarandeo su cuerpo y no responde. Llamo inmediatamente al número que adjuntava el reverso de la carta del Hospital. Espero ansioso a que venga la ambulancia. Fumo un cigarro. Se me ha ido el hambre.

Al rato llega una ambulancia y dos enfermeros suben al piso. Se quedan horrorizados al ver a mi esposa en el suelo envuelta en sangre y me miran atemorizados. Les grito que actúen ya. Cojen a mi mujer y se la llevan al hospital. 

A las pocas horas recibo una llamada a la puerta de casa. Debe ser mi mujer, que está ya curada. No lo sé. pues no la he ido a ver.

Abro la puerta del portal sin preguntar. ¿Quién va a ser sino?

Abro la puerta de casa y me encuentro a dos policías armados con porras y pistola. Pregunto qué ha hecho mi mujer ahora. 

Hablan entre ellos, creo que oí un "Será cabrón, el hijo de puta éste". Y me dicen que les acompañe. 

Pregunto el por qué y me dicen que por que tengo una denuncia de malos tratos hacia mi mujer.

¿Yo? Pero si en mi vida he pegado a mi mujer fuera de los límites necesarios. ¿Acaso no se debería pegar a una mujer por no hacerte la cena, qué es esto, una broma?

Me revelo contra ellos por que no tienen derecho a detenerme por pegar a una mujer. A uno le arreo un puñetazo. Voy corriendo a la cocina y cojo un cuchillo. Amenazo a los policías con el arma blanca y uno de ellos saca la pistola. Mierda, estoy acorralado, a mi espalda sólo tengo el balcón y delante la puerta. Me gritan que tire el arma. No hago caso, voy reculando hasta pegarme a la baranda del balcón. Miro abajo. 5 pisos. Diviso un coche de la policía abajo. No tengo salida. Tiro el cuchillo. Me pongo cara al balcón y me siento en la baranda.

Con la voz temblorosa les digo a los dos policías que o se van o me tiro al vacío. Unos de ellos lo intenta impedir bajando el arma, pero el otro le dice ésto "Tranquilo, un maltratador menos."


Un momento...¿Realmente me valoran tan poco? ¿Quizás no debería pegar a una mujer sólo por ser mujer? ¿Debería decirle algo bonito en lugar de insultarla? ¿Por eso en mi trabajo me miran mal y en el barrio la gente acelera el paso cuando me acerco?....Soy una escoria humana. Nadie me recordará en vida. Adiós.

Me lanzo al vacío. Noto como mis articulaciones van por libre y siento el aire en el pelo. Dura unos escasos 3 segundos hasta que caigo al duro cemento de la ciudad. Una ciudad que le llevará 
un tiempo olvidar lo ocurrido. No por mi muerte, si no por la pérdida de mi futuro hijo. Soy un asesino. No merezco vivir.


"A las pocas horas, Lucía sufrió un aborto involuntario por la muerte inminente del feto. Aún estaba por formar pero se ha roto la vena que le mantenia con vida y que le conectava con la madre. Al saber eso y la muerte de su marido. Lucía cambió su vida hacia una parte más humana, tuvo un marido que la quiso y respetó, pero nunca consiguió tener hijos."






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Bien, el texto no comparte nada conmigo, NO pienso igual, por supuesto NO actúo igual, que nadie piense cosas que no son. Pongo ésto en último lugar para que algunos lectores y lectoras vivan el odio hacia una persona que piensa así (pues aún no saben que no pienso lo mismo, ni mucho menos).

Bien, el escrito es bastante polémico (podría ser más, pero lo que digo siempre, quiero conservar el blog.) Da a pensar en esos...Esos...Cómo decirlo...Asesinos a largo plazo. Los maltratadores de mujeres, un término según mi punto de vista muy cercano a éste otro; Cobarde. 

Una mujer no merece por nada del mundo, NADA, ser pegada, humillada, insultada o cualquier acción similar. Desde aquí mando un saludo y un apoyo a todos los que alguna vez han estado en algo similar o que estén de acuerdo conmigo (NO con el texto).




Bueno, nada más que decir. 


[Eddy Designs] Don´t worry, be happy

4 comentarios:

Dr. House 30 de noviembre de 2008, 20:37  

no se Edgar pero tienes pinta de estar un poco loko, jajajaajaj pero me caes de puta madre LOKO!!!!
Enga a fumarla !!! XDXD

Albert 2 de diciembre de 2008, 23:23  

Stais fumaos los 2 jejeje
ombre, una mica la pinza si k se ten va ;P

dons res vei
segueix am inspiracio
i a escriure!!!

Geni Solà 3 de diciembre de 2008, 21:43  

Caram, Èdgar...gairebé no sé què dir-te. Em sorprèn especialment la barreja de temes dels teus textos. No tenen res en comú, a part de la cruesa i la violència. Tenen molta força. Bé, el de la mutilació una mica massa. Acabo de sopar i els cigrons se m'estan regirant a l'estómac.
Arreveure!

Alícia Corral 9 de diciembre de 2008, 21:45  

Lo prometido es deuda. Y como te dije , aquí estoy leyendo tus textos. Duros, directos y alguno lo podríamos trabajar en clase de ética. Me los sigo estudiando y hablamos.Sigue escribiendo....menos mal que yo no cené garbanzos......jajajjajj