Gente = Mierda.

La guerra final ha empezado. Todas las radios del mundo hacen eco de la sentencia de guerra dictada en las calles. Todo el mundo está dentro.

Archivo del 14,Septiembre,2014.

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Tercera Guerra Mundial (2014-?)
Países; E.E.U.U. , Japón, Rusia, Alemania y Pakistán.

Causa; Falta de petróleo, falta de medicinas, Superpoblación, Crisis económica.

Armas;
-Nucleares(todos los países)
-Alteraciones genéticas en animales(Pakistán, Japón)
-Armas Nanotecnológicas (E.E.U.U. y Rusia)
-Armas Ultrapesadas (Alemania)

Espías; Presentes del bando Japonés, Alemán y Estadounidense.

Bajas;
E.E.U.U. -- 15.000.000 aprox.
Japón ------ 20.000.000 aprox.
Rusia ------ 31.000.000 aprox.
Alemania --- 14.000.000 aprox.
Pakistán --- 28.000.000 aprox.

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Lugar; Millesburg, Holmes, Ohio, EEUU. (3600 habitantes.)
Situación; Plaga de insectos alterados genéticamente (Mosquitos capaces de provocar el suicidio inmediato a la víctima (extraído de el Spinochordodes tellinii, gusano del filo Nematomorpha).
Supervivientes; 200 personas.
Ayudas;Ninguna.
Tiempo estimado de supervivencia total; 30 días.

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Lugar; Fukusaki Cho, Hyogo, Japón. (535.571 habitantes.)
Situación; Invasión de nanoarmas en los alimentos y agua (las nanoarmas llegan al cerebro y allí explotan, causando una muerte cerebral inminente.
Supervivientes; 224.000personas.
Ayudas; Ninguna.
Tiempo estimado de supervivencia total; 14 días.


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Lugar;Perm', Rusia.(997.200 Habitantes.)
Situación; Explosión Nuclear.
Supervivientes; 420 personas.
Ayudas;Ninguna.
Tiempo estimado de supervivencia total; 1 día.


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Lugar; Potsdam, Alemania. (148.691 Habitantes.)
Situación; Invasión de animales genéticamente modificados (Perros ultramusculados, Aves gigantescas carnívoras, Escarabajos transmisores de la rabia.)
Supervivientes; 75.000 personas.
Ayudas; Trincheras, armamento pesado, murallas improvisadas, Alimento.
Tiempo estimado de supervivencia; 73 días.


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Lugar; Multan, Pakistán. (1.197.384 Habitantes.)
Situación; Ataque armas ultrapesadas alemanas (Tanques de 35 metros, totalmente reforzados, casi indestructibles y con un increíble poder destructivo. Aviones caza con capacidad de tornarse invisibles e insonoros.)
Supervivientes; 672.000 personas.
Ayudas; Misiles antiaéreos, Fosos alrededor de la ciudad.
Tiempo estimado de supervivencia; 99 días.


A la espera de nuevas notícias.

Guerra con uno mismo.

Aquella fría mañana desperté sobresaltado. Presentía que algo malo iba a pasar, lo notaba en alguna parte de mi interior. Salté de la cama y me dispuse a vestirme con rapidez, pues en esa época me ubicaba en el Ejército Estadounidense. Pues bien, me apresuré a vestirme por que aquello que sentía en mi interior era cada vez más fuerte. Salí del dormitorio y entonces fue cuando en mi cuerpo realmente se manifestaba lo que sentía. Fui corriendo hacia una habitación y me encerré. Estaba sin luz, en un habitáculo muy pequeño y había una piedra para sentarse en ella. Me postré en ella y sentí el frío en mi cuerpo. A partir de ahí mi relajación fue brutalmente interrumpida; ¡Estaba oyendo el estruendo de bombas! A juzgar por la cercanía de aquel sonido, debería estar casi al lado de la habitación, en plena base militar, al lado de la costa. 

Al rato esos estridentes ruidos cesaron, pero empezó mi pesadilla. En esos momentos creí que alguien entró en la sala y me estaba apuñalando, pues sentía pinchazos por todo el abdomen, entonces noté que de cintura para abajo las piernas no respondían a ningún intento de movimiento por que una presión no les daba tal libertad. A continuación hubo un dolor insoportable, que duró unos cinco o seis segundos, los cuales se hicieron una eternidad. Al rato fue cesando, pero me dolía muchísimo y notaba como me vaciaba por dentro y apreté mis manos contra la piedra en la que me hallaba, arañé la pared en un absurdo intento de paliar ese dolor de cualquier modo. Inmediatamente después, escuché como una bomba caía al mar, por la magnitud del ruido de la onda expansiva del agua tenía pinta de ser algo grande.

A todo esto, noté como mis pantalones estaban mojados y descubrí que estaba sangrando. El dolor era parecido a un corte profundo o a una herida abierta que no se quiere cerrar. Todo al fin acabó, por que no escuché nada más, no me atrevía a salir por el temor de ver una horrible visión, noté como me subía a la nariz un hedor a cadáver, lo cual provocó que el miedo creciera en mí.

Para hacer tiempo, cogí un trozo de papel, que encontré de casualidad detrás de la piedra e intenté limpiar mi herida para evitar infecciones o enfermedades de la sangre. A los pocos minutos, con una mano sosteniendo el papel fuertemente contra la herida, me armé de valor y me decidí por salir, empuñé el pomo y abrí la puerta a gran velocidad. Observé con asombro que no había pasado nada en el exterior y que por allí andaban tranquilamente otros soldados charlando de cualquier cosa. Entonces, al ver eso, se me pasó por la cabeza una idea; Me giré y corroboré con una mezcla entre miedo y sorpresa lo que suponía ; Había estado en el cuarto de baño. Desde ese día, el cual tuve que pasar ingresado en la enfermería tres días por un muy desafortunado desgarro anal, nunca más he vuelto a probar la “Sorpresa de carne” del comedor del Ejército.

Dreaming.

Y entonces, me besó. En ese preciso instante me sentí la persona más feliz del mundo. Con una mezcla entre felicidad y éxtasis, me dejé llevar. No supe muy bien como reaccionar ante esa situación, pues se trataba de mi primer beso. Fué inesperado e intenso. Noté como todo mi cuerpo se relajaba y se dejaba llevar, en unos segundos estuve suspendido en mi mundo durante una eternidad, sentí como mis pelos se erizaba, la sangre fluía con más fuerza y mi pulso se aceleraba. En mi mundo de felicidad y pasión habitaba una canción, que sonó en mí en ese momento. Esa canción dulce y sentimental, con letras profundas que hacen pensar en esa persona a la que quieres. Esa canción que te hace sentir vivo, esa canción que provoca tu felicidad más absoluta. Esa felicidad que recorre tus venas durante el resto de tu vida, esa vida que recorres a paso relajado por que ya no hay prisa, esa prisa perdida ya en el tiempo pasado. El día se tornó rosa, la gente ya no tiene prisa, el mar es más azul que nunca y el cielo no está ocupado por ninguna nube, las calles ya no son tan ruidosas, el mundo va más despacio, yo voy a la deriva de mi propia satisfacción, estoy ligado a mi corazón, que fluye por todo mi entorno, ahora ya no le tengo miedo a nada, ahora ya no siento verguenza por nada, ahora soy más feliz que nunca. El tiempo se para, y separa cada vez más mis emociones de mí, expresándolas al mundo entero. Quiero salir a la calle y gritar, quiero sentir el viento en mi cara, al sonrisa del mundo reflejada en mí, mis manos tocando la libertad que siento y mis emociones jugueteando con el mundo. El día más lento de mi vida se estaba cumpliendo, el día más feliz de mi vida se estaba llevando a cabo, el día en el que descubrí el verdadero significado de mi existencia, el día en el que la descubrí a ella. Gracias a ella me he rehecho de mis cenízas, y cual fénix, he sobrevolado mi verguenza y mi tristeza, mientras con mi aliento ardiente he consumido mi enfado, mi pesimismo y he llegado a la cima de mí mismo. Ahora estoy con ella, ahora estoy seguro, feliz, como nunca he estado. Como siempre he querido estar,como cualquiera quisiera estar. Soy el ser con el que el tiempo y la rutina habían jugado durante años, hasta que una bella doncella me ha abierto los ojos, esa doncella con el pelo chocolate, los ojos café y esa mirada acaramelada. La lluvia se cernía sobre mí, hasta que apareció, disipó las nubes y me ayudó a levantarme del frío suelo, dándome cobijo entre sus brazos, con su calor. Esos días solitarios, esos días eran mios, esos días de los que me alegro de haber sobrevivido, el día más solitario de mi vida se ha transformado en uno de los días más felices de mi vida. En ese momento sentí su calor, su vida fusionándose con la mía, sus ojos cerrados y los míos también, nuestros labios juntos y nuestros sentimientos circulando por ellos, en un beso que nunca olvidaré, en aquel mísero banco de madera pintado de blanco, a las seis de la tarde de un Sábado, el Sábado 14.  Ese día quedará para mí como el día en que descubrí que había algo más allá que la realidad global, monotonía y tristeza. Abriendo paso a todo lo que se puede transmitir, fusionado entre ella y yo. Aquel inocente día en el que iba a conocer a una persona, que no parecía tan especial, resultó ser la persona que desencadenó a mis brazos de las cadenas del miedo, para así frotarme los ojos, llenos de ceguera, y los grilletes de la inseguridad en mis pies. La chica que me hizo soñar en que hay solución a todo, la que me hizo sonreír sin causa aparente, la que me hizo dar valor a mí mismo, la que me demostró que en el mundo no sólo hay peligros, inseguridades y traiciones, la que me mostró que en el camino de la vida existen flores, baldosas de oro, brisas de aire que te llena los pulmones de pureza, y una luz al fondo, que lleva la etiqueta de felicidad escrita en las señales que manda a mi corazón. Desde éste día mi yo pasado se habia evaporado bajo una lluvia de chocolate, una lluvia tan dulce como un mar de caramelo, un día de algodón o un beso bajo la sombra de un árbol. Sentí la fragancia de su perfume, fusionado con el olor placentero del amor, una brisa de vida y una bocanada de pasión, directo a mis pulmones y a mi corazón. Los segundos se pasaron en años, los años en décadas y éstas en la mismísima eternidad. Una eternidad tan llena de vida como un corazón como el mío en éstos momentos.Acaricié su pelo y sentí su delicadeza, su inocencia, su ternura. Acaricié su cara y noté su suavidad, su belleza y su personalidad. Bajé las manso hasta su cintura y noté su calor, su cuerpo y su tacto. Entonces, dentro de mí, abrí los ojos para contemplar mi vida ahora. Se trataba de la visión del paraíso; Uno mismo, ella, y el mundo. Nada más me hace falta para ser feliz, para estar vivo, para sentirme vivo. Abrí los ojos dentro de mí, me ví a mi mismo en el mismo cielo, contando estrellas en un manto de nubes de terciopelo y azúcar. Mi sonrisa me parecía extraña hasta entonces, que sólo se producía durante escasos segundos, en situaciones únicas. Ahora estaba feliz, estaba despreocupado, estaba siendo la persona que siempre quise ser pero nunca me ví con corazón de estar a la altura. Ahora me miro y veo a una persona tal y como siempre quise ver. Antes era la rata que huía del gato de la inseguridad, y ahora me he convertido en el pájaro que sobrevuela a las barreras y que alza el vuelo con una belleza comparable a la figura de ella. Éste momento se quedará grabado en mi retina, grabada en mi cerebro y marcada a fuego en mi corazón. Entonces volví al mundo real. Ella estaba sentada conmigo en un banco, a la luz de una farola, bajo una luz anaranjada. Abrazados el uno al otro, cada uno con el corazón del otro dentro. Bajo un cielo que empezaba a oscurecerse, el azul marino del cielo me recordó al mar, y el mar me recordó a ella. Tan bonito, inmenso y conmovedor. Como ella. Como sólo ella. En una estación de tren, una estación que ahora me hará recordar éstos momentos, los momentos con ella, los momentos de los cuales nunca quiero olvidar, de los que nunca quiero rechazar, nunca la dejaré. Si se marcha, yo me marcho con ella. Si muere, yo muero con ella. La cojeré de la mano e iré con ella donde me lleve, donde sea. Iré hasta el infinito para estar con ella, congelaré las paredes del infierno por ella. Sólo por ella, sólo por estar con ella, por compartir momentos con ella, por seguirla allá donde vaya, para que los dos seamos uno mismo. Para que los dos seamos lo que queremos ser, para ser lo que quiere el otro. Para abrazarnos fuertemente cuando llueva, cuando nieve, cuando haga Sol, siempre. Para estar juntos para el resto de los días, para separarnos por la fina barrera que separa la vida de la muerte, y encontrarnos allá donde vayamos para seguir estando juntos. Por que yo sin ella no soy yo, ahora ya no. Sin ella no soy nada, no soy nadie. Es mi mi sonda con el líquido de la vida, el aire que llena mis pulmones de esperanza y el agua que calma mi sed de tristeza, y la convierte en felicidad.Sólo ella es capaz de hacerme sentir ésto, sólo ella es capaz de saber como soy de verdad, sólo ella es a quien necesito para ser feliz, sólo ella es mi vida.





Segundo Premio Concurso Literario Colegio Monalco, 2009.
Pseudónimo: Live 8 (Un día pondré el por qué).




Bueno, realmente prefería tener éste texto como primer premio y "Derrame Cerebral" como segundo, pero bueno, yo no decido esto.


[Eddy Designs] Have A Nice Day.

Derrame Cerebral.

Me despierto, me estoy clavando un escalón en la cabeza.
 Estoy en medio de una infinita escalera negra. Empiezo a subir escaleras. Me canso al minuto.
 Busco en mi bolsillo. Meto todo el brazo. No llego al final. Meto la cabeza. Me veo a mí mismo con la cabeza dentro de mi bolsillo. Me saludo y me devuelvo el saludo. Saco la cabeza del bolsillo. Abro la mano. Tengo una bola de billar blanca. La tiro escaleras abajo. No se oye nada. ¡Ay! Me ha caído una bola de bolos blanca en la nuca. Me rasco la parte dolorida y noto como un saliente. Tiro de él. Se trata de una bonita alfombra albanesa con estampaciones de elefantitos y abejitas. Hago una bola con la alfombra. Me la intento meter en la oreja. Lo consigo. Me pica el estómago. Me meto un escalón en la boca. Muerdo muy fuerte. Se rompe. Recojo mis dientes y el trozo de escalón. Mastico los dientes con el escalón. Me sale la alfombra por el codo. 
Meto una pierna por el agujero donde se encontraba el escalón. La saco. Sólo quedan mis huesos. Acerco el ojo. ¡Ay! Una uña del pie me ha lanzado una bola de billar negra. Se me cae el ojo escaleras abajo. Lo persigo. Caigo.
 Ruedo hacia el infinito. De pronto, paro el tiempo. Me levanto, me saco los pantalones, los cuelgo en un perchero. Reanudo el tiempo, no sin antes ponerme mis lentillas de lava. Ruedo. Me saludo a mí mismo con la cabeza metida en el bolsillo, que me acabo de encontrar de paso. Freno. Finalmente me paro. Estornudo.
 No veo ¡Me he quedado ciego! Me toco la cara. Sólo toco pelo. Me toco la coronilla de la cabeza y me meto el dedo en la nariz accidentalmente. Mi tráquea pide perdón a la tortuga que habita en Galápagos Distrito Federal. Me extraigo un moco con la típica forma; Una motocicleta acuática Smith con doble rotor bipartido diesel, a las finas hierbas y es tan cómodo que con ellas no notarás que la llevas puesta. Me saco un zapato. Miro dentro. Veo a una familia de tomates haciendo mantequilla. Les aconsejo que usen una pizza para encofrar la ventana de su gato de kétchup. Me tiran piedras tomatáceas. Les saco la lengua. Me lamo la frente.
 Tiro el zapato, al otro lado está listo mi pie con su casco de recibir zapatos y su guante nuevo, que le compré el otro día por cumplir años. Lo recibe limpiamente en el aire mientras se autolima el antebrazo con plumas de oso hormiguero translúcido. Hago el pinopuente colgante, con sujeciones bañadas en madera y secadas con hielo. Un momento... Ahora las escaleras son blancas... Vale... Las piso. Ellas no. Sigo adelante. Me encuentro a un elefante en el camino. Me escondo delante de él para que mi toga de agua no vea la televisión por cable. Es un elefante muy raro, que mide un metro ochenta y tiene pelo negro, incluso habla y me dice que es un humano.
 Lo toco con un palo. Le saludo con la rodilla. Me succiona el hombro. No tengo hombro. Corro sin hombro en círculos. Corro sin hombro en cuadrados. Corro sin hombro mientras describo un puzle de 40.000 piezas, pieza a pieza. Le doy las gracias y me trago una granada de hombro, ya que no tengo donde tirarla. Le digo adiós y me dejo caer de espaldas. Me doy en la cabeza con un trozo de nada. Me rompo la camiseta con un palo de brisa y me meto el palo en el alma, por vía sobaquíl. Lástima que no tenga hombro para tener un sobaco hecho de tinta de hormiga eléctrica de las llanuras de los montes de Alpino. Capítulo 17 bis. Me aplaudo a mí mismo. Me hago daño. Me sangran las playeras. Me pica el reloj.  Me doy las gracias y me voy a dormir. Me despierto. Han pasado 15 minutos antes. 

Me como las rodillas. Sólo me queda la única pierna de melocotón...Hago un esfuerzo. Suelto una flatulencia. Me salen alas. Una en el interior del tobillo y la otra en el páncreas. Vuelo con soltura. Me doy con el papel en la cabeza. Hago un agujero.
 Miro por él. Veo a un delfín invisible imaginario transparente asomado a una ventana cerrada. Cojo una caja de cerillas anti-costras de patas de mesa de salones de tercera planta. Se lo tiro.  Le doy Me da a mí. Dolor. Dolor. Me sangra el talón de la pierna de la espalda. Caigo. Se evapora el suelo. me doy un cabezazo con un trozo de suelo mal evaporado. Me saco un diente y me lo pongo en la encía, junto a sus 46 dedos restantes.
Me sale un grano en el grano del brazo. Le llamaré Elías. Dice que me odia. Se suicida. Explota. Las langostas aún no están en su punto. Ahora sí. Voy a la cocina. Saco el bidé hecho de niños del microondas y la lata de berberechos de naranja y chocolate. ¡Ahí está, es mi lápiz! Lo como. 
Ahora las langostas. Me llaman por mi nombre. ¡Oye, qué escaleras! Me tumbo y hago la croqueta. Me salen mejor de pie. Ahora doy vueltas. Eructo.
 Se enciende una luz. Salgo de la habitación. Feliz día de la nutria cantautora. Aunque nunca me gustó el arroz que salía de la hamburguesa de pan con piel. Lo de sus pecas me recuerda a lo que sale de una bomba de butano cuando lo fundes en tus costillas. Feliz día del calcetín lleno de cristal de peluche. Escupo el opio. Vuelvo a la normalidad.





Primer Premio del Concurso Literario del Colegio Monalco, 2009.
Pseudónimo: El Del Fondo.





[Eddy Designs] Have A Nice Day.

Nueva Religión.

Me levanté, me levanté en tiempo suficiente, me elevé hasta donde el hielo se convierte en agua y el agua en nube. 

Me sequé las lágrimas de los ojos y miré hacia abajo; El Mundo, ese gran apéndice de mí. No puedo llegar a creer cómo sus habitantes pueden contener un Universo infinito dentro de cada uno de ellos, y aún así, convivir con esa naturalidad. Las oraciones mandadas fueron escuchadas por una espécie de Dios, burlesco y complicado.

En busca del Nirvanna, hallé en mis redes una sirena. Apenas podíamos dar tiempo a nuestras retinas a dibujar nuestras caras en el recuerdo, cuando una rápida flecha atravesó mi ventana. Y a mí.

Aunque sus ojos color chocolate nunca me cansaron, aquel Dios (no sé como llamarlo pues) hizo la primera tirada, como si un ajedrez se tratara. Movió una de sus torres, una torre llamada Babel. La colocó entre la sirena y yo. Al principio no supe ver el fin de cuan larga e inmensa torre. Aunque sólo me bastó de mover un peón, color cercano al rubio, un peón bilingue. El ente omnipotente, cuya existencia me pregunto aún, contraatacó. Ésta vez con una de sus peores armas; La reflexión y paciencia. Fué tal el tiempo de pensamientos, de vueltas y vueltas en una misma cosa, era una reflexión que acaba con hacerme daño. Me dí cuenta que estaba realmente lejos, lejos de ganar esa partida. Aunque no podía desperdiciar los ojos chocolate de aquella sirena. Una sirena preciosa. Una sirena, apenas Griega, apenas de Kuwait, apenas Inglesa. Aunque con el amor de España a su total alcance. Más bien, en su parcial alcance.

En un periodo de 62 horas nunca me saturé tanto de éstas sensaciones. Nunca sentí tan rápido mi importancia a ojos ajenos. Nunca me sentí tan lleno. Aunque en éste caso, vacío.

Unos pulmones se pueden llenar de aire con azúcar, se pueden llenar de aire puro, aire del Norte. Pero aunque todo esto sea muy bonito, mis pulmones no dejan de ser carne cruda, tan cruda como la realidad y la lógica que choca con la mía, a la vez que la entiendo.

Alguien dijo alguna vez que el roce hace el cariño. Bien, el roce sólo hace rozaduras. Yo siempre he pensado que el cariño nace y se hace, aunque se va difuminando con el roce. 

Nunca te mentiría sobre éstos temas. Mentiría si te dijese que no te quiero. Mentiría si te dijese que no quiero estar contigo. Mentiría si te dijese  que no quiero ver una película y besarte mientras la vemos juntos. Mentiría si no te dijese lo que pienso a la cara.  Pero también mentiría si te dijese que sé con seguridad que podré demostrarte algún día todo lo que siento. Por que siento que que esto es realmente bonito. Siento que gracias a tí hay un nuevo día. Siento que contigo soy feliz. Aunque siento no poder verte nunca. Siento no estar ahí cuando me necesitas. Siento que siempre salga el mismo tema de conversación amargo en nuestras charlas. Siento sentir lo que siento, aunque a veces siento que lo que siento es sólo Amor.

Nacido muerto.

Apenas puedo respirar aún, he nacido en un mundo en el que parece que no soy bienvenido, dí una gran bocanada de aire sólo ver la luz, pero ahora parece que el aire se ha cortado y mi respiración se ha visto interrumpida, podré volver a respirar algún día, podré disfrutar de otro oxígeno que de vida a mis pulmones, podré sentir la luz del nuevo día al abrir los ojos, podré andar sólo, sin ayuda de nadie, hasta un lugar fantástico. Podré volver a soñar en princesas y en príncipes, podré volver a ser el sueño de dos personas otra vez. 


Antes de nacer, me temía que Tánatos acecharía, lenta y suave, que se va diluyendo en mi sangre poco a poco, que va llegando a pálpitos hasta mi corazón y que me inunda los ojos de crudeza. Aunque nunca debí aceptar la petición de Baal Sebaoth cuando me ofreció la sangre más dulce que mis labios pudieron saborear, la acepté bajo una profunda Anuptafobia que me producía el día a día.

Estuve gran tiempo enfrascado en mis más profundos pensamientos, cuando me dí cuenta que tenía que pensar Cum Scientîa, por qué sin él no llegaría hasta la reflexión más cuerda.

Llegué a miles de falsas conclusiones, miles de falsos resultados y miles de minutos tirados por la ventana, hasta que decidí que caer en las espaldas de la sociedad, del conformismo, aunque siempre consciente de mi superioridad. Me convertí en un trasojado entre invidentes.

Y aquella tarde, ante los ojos del Mar y el viento del Este que se cernía sobre mi cara en un inútil ataque suicida con el objetivo de nublar mis ojos y que no pudiese disfrutar de mi consciente falsa verdad, empecé a andar.

Inmediatamente, sin más oportunidad de repetir mi proeza, caí. Caí haciendo temblar las endebles paredes de mis pensamientos y derrumbando toda mi quimera.

Me sentí como el bebé que se acurrucaba en su cuna sin colchón, el niño que jugaba con sus muñecos inexistentes, el adolescente que toca una guitarra muda, el adulto que se casa con su soledad y el anciano que sólo puede recordar la palabra Alzheimer. 

Durante unos días busqué en mi interior alguna brecha por la que quedara encallado algun resquicio de recuerdos. Aún no he terminado de extinguirlos todos.

Ahora me intento levantar como Fénix que resurge de sus cenízas,  espero que la próxima vez Annonaria me acompañe durante mis largos e incansables andares.


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Creo que nadie entenderá el texto, y no lo digo por sus palabras, lo digo justo por lo contrario.






[Eddy Designs] Have A Nice Day. 

Divisoria.





LOVe from Alvaro C on Vimeo

Muchas gracias a Álvaro por su gran vídeo y su visión del mundo, que tanto me ha ayudado.


(Os recomiendo visitar su blog, que sale al final del vídeo).

Link por si no se vé: 


[Eddy Designs] Have A Nice Day.

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