Nacido muerto.

Apenas puedo respirar aún, he nacido en un mundo en el que parece que no soy bienvenido, dí una gran bocanada de aire sólo ver la luz, pero ahora parece que el aire se ha cortado y mi respiración se ha visto interrumpida, podré volver a respirar algún día, podré disfrutar de otro oxígeno que de vida a mis pulmones, podré sentir la luz del nuevo día al abrir los ojos, podré andar sólo, sin ayuda de nadie, hasta un lugar fantástico. Podré volver a soñar en princesas y en príncipes, podré volver a ser el sueño de dos personas otra vez. 


Antes de nacer, me temía que Tánatos acecharía, lenta y suave, que se va diluyendo en mi sangre poco a poco, que va llegando a pálpitos hasta mi corazón y que me inunda los ojos de crudeza. Aunque nunca debí aceptar la petición de Baal Sebaoth cuando me ofreció la sangre más dulce que mis labios pudieron saborear, la acepté bajo una profunda Anuptafobia que me producía el día a día.

Estuve gran tiempo enfrascado en mis más profundos pensamientos, cuando me dí cuenta que tenía que pensar Cum Scientîa, por qué sin él no llegaría hasta la reflexión más cuerda.

Llegué a miles de falsas conclusiones, miles de falsos resultados y miles de minutos tirados por la ventana, hasta que decidí que caer en las espaldas de la sociedad, del conformismo, aunque siempre consciente de mi superioridad. Me convertí en un trasojado entre invidentes.

Y aquella tarde, ante los ojos del Mar y el viento del Este que se cernía sobre mi cara en un inútil ataque suicida con el objetivo de nublar mis ojos y que no pudiese disfrutar de mi consciente falsa verdad, empecé a andar.

Inmediatamente, sin más oportunidad de repetir mi proeza, caí. Caí haciendo temblar las endebles paredes de mis pensamientos y derrumbando toda mi quimera.

Me sentí como el bebé que se acurrucaba en su cuna sin colchón, el niño que jugaba con sus muñecos inexistentes, el adolescente que toca una guitarra muda, el adulto que se casa con su soledad y el anciano que sólo puede recordar la palabra Alzheimer. 

Durante unos días busqué en mi interior alguna brecha por la que quedara encallado algun resquicio de recuerdos. Aún no he terminado de extinguirlos todos.

Ahora me intento levantar como Fénix que resurge de sus cenízas,  espero que la próxima vez Annonaria me acompañe durante mis largos e incansables andares.


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Creo que nadie entenderá el texto, y no lo digo por sus palabras, lo digo justo por lo contrario.






[Eddy Designs] Have A Nice Day.